27Sep

Modelo cesión de datos a terceros

La cesión de datos a terceros es un tema clave dentro de la protección de datos. Para que esta transferencia sea considerada legal, deben cumplirse una serie de requisitos que garantizan la privacidad y el uso adecuado de la información personal. A continuación, te explicamos de forma sencilla en qué situaciones se permite la cesión de datos personales a otras entidades.

Consentimiento del interesado

El principio más importante en la cesión de datos es que la persona haya dado su consentimiento de forma explícita. Esto significa que el titular de los datos, como por ejemplo un cliente o un usuario, debe estar informado sobre cómo y por qué se van a usar sus datos. Solo cuando la persona esté de acuerdo, estos datos podrán ser compartidos con terceros. Además, es importante que este consentimiento sea para fines específicos, no generales. Por ejemplo, puede autorizarse el uso de los datos para recibir una promoción, pero no para otros fines sin que se informe de ello.

Ejecución de un contrato

En muchas ocasiones, el tratamiento de los datos es necesario para llevar a cabo un contrato. Un ejemplo claro es cuando compras un producto o servicio. Para que el contrato se cumpla, la empresa necesita tratar algunos de tus datos, como la dirección de entrega o los datos de pago. En este caso, no es necesario un consentimiento adicional, ya que los datos se usan para cumplir con las obligaciones del contrato que tú mismo has firmado o aceptado.

Cumplimiento de obligaciones legales

Existen situaciones en las que una empresa o entidad tiene que ceder datos personales porque la ley lo exige. Este es el caso, por ejemplo, de las obligaciones fiscales o cuando una empresa debe compartir información con autoridades para cumplir con normativas locales o internacionales. En estos casos, la ley es clara, y la cesión de datos es obligatoria sin que el consentimiento del interesado sea necesario.

Protección de intereses vitales

La cesión de datos también puede justificarse si es necesario para proteger la vida o la salud de una persona. Esto sucede en situaciones de emergencia, como cuando es imprescindible compartir información médica de un paciente con otros profesionales de la salud para evitar un riesgo grave. Aquí, la urgencia y la seguridad prevalecen sobre otros derechos.

Interés público o ejercicio de poderes públicos

En algunos casos, la cesión de datos personales es necesaria para cumplir con misiones de interés público o en el ejercicio de poderes públicos. Esto ocurre, por ejemplo, cuando las autoridades necesitan tratar datos personales para llevar a cabo funciones relacionadas con la seguridad, la justicia o la educación. Este tratamiento siempre debe ser proporcional y necesario para el fin público que se persigue.

Intereses legítimos del responsable o de terceros

Por último, puede haber ocasiones en las que la cesión de datos se realice para satisfacer intereses legítimos de la empresa o de un tercero. Un ejemplo sería cuando una empresa utiliza datos para evitar fraudes. Sin embargo, estos intereses no deben superar los derechos y libertades del interesado. Es decir, si ceder los datos compromete de alguna forma la privacidad o los derechos fundamentales de la persona, no podrá llevarse a cabo, especialmente si se trata de menores.

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